El sustrato festivo de La Partida, Coahuila: las fiestas mayores

“Fiesta es lo que se espera”, dice Roland Barthes, “…se vive recordando una fiesta y esperando otra”. 1Manuel Delgado, “Tiempo e identidad. La representación festiva de la comunidad y sus ritmos”, Zainak. Cuadernos de Antropología-Etnografía 26, 2004, p. 78 Estas frases parecen describir los tiempos entre celebraciones en La Partida, Coahuila. Prácticamente cada mes se conmemora algo, según lo que se desprende de la entrevista a Juan Manuel Rodríguez Mendoza, comunicólogo, colega de la Ibero Torreón y oriundo de La Partida. Su familia, una de las primeras pobladoras de este lugar según documentos genealógicos, ha alentado dos celebraciones comunitarias: una reliquia anual para San José, el 19 de marzo, y una pastorela que se representó en las Nochebuenas y los días de Reyes durante más de cuatro décadas y todavía en alguna ocasión de forma esporádica.

Dialogué con Juan Manuel para realizar un primer acercamiento al contexto de las festividades de La Partida, entre las que se ubica la pastorela, para no presentarla en un vacío social. Desde hace años —lo he podido constatar— ha manifestado interés en sus propias tradiciones. Ha tenido un doble rol: como participante activo de las fiestas y también como observador-documentador de las mismas a través de las entrevistas realizadas para el texto Una pastorela en La Partida, Coahuila, y a través de una página de Facebook que ha contribuido a gestionar desde el 2013: La Partida Unida, sitio del que proceden las fotografías de este texto y en la que se puede observar la intensa actividad festiva, objeto de este artículo.

Dice Rodríguez que La Partida:

…es un rancho muy alegre, le encanta la fiesta como no tiene una idea, ama sus costumbres, sus tradiciones, las ama y las defiende a más no poder, son tradiciones, costumbres que se van arraigando desde la escuela y la iglesia. Cuando hay festividades en el ejido, en la misma escuela les dan permiso para que [niños y niñas] no vayan ese día, para que puedan asistir a las fiestas, ¿por qué? porque de antemano saben que no van a ir, lo aceptan, [saben] que con las tradiciones del ejido ‘no te metas’, porque pues no, va a haber problemas […] son tradiciones y costumbres, muchas de ellas ligadas a la religión, pero sobrepasan a la iglesia. Van más allá. Se brincan a la iglesia. 2Juan Manuel Rodríguez Mendoza, entrevista realizada por Laura Orellana el 30 de noviembre y 2 de diciembre de 2020

Juan Manuel Rodríguez Mendoza, entrevista realizada por Laura Orellana el 30 de noviembre y 2 de diciembre de 2020

La Partida es una comunidad que cuenta con un poco más de cuatro mil habitantes, aunque ellos consideran que son más de cinco mil. 3Esta percepción la comparte Juan Manuel Rodríguez con vecinos de este ejido Su forma poblacional sería una pirámide regresiva, en la que su base es más pequeña que sus escalones siguientes: los niños y jóvenes constituyen un 30% de población (hasta los 14 años), y los de 15 a 64 el sector mayoritario, 64%. Las personas de más edad son el grupo más pequeño (6%). 4IMPLAN Torreón, Ejido La Partida

Señalamiento a la entrada de La Partida, Coahuila
Imagen tomada del FB La Partida Unida

La ubicación de La Partida es interesante, pues se encuentra ubicada a 18 kilómetros de Torreón, a pie de carretera, a diferencia de otros ejidos que se encuentran sin vías rápidas cercanas. Es probable que esta determinación geográfica haya expuesto a sus habitantes a experiencias y servicios urbanos, y por lo tanto a una identidad más abierta. Dice Juan Manuel que la gente de La Partida se siente lagunera, porque Torreón (municipio al que pertenecen), les quedó chico:

Es un ejido donde mucha de la gente hablo de mis papás, de esas generaciones, yo tengo 43 añosno se quedó a trabajar en la labor. Es gente que empezó a hacer cursos, estudiaban en Gómez, en Lerdo, en Torreón, porque era gente que no quería dedicarse al campo, y de esas generaciones hacia acá hay muchos profesionistas […] El autobús hace aproximadamente una hora y media del ejido a Torreón, pero es un viaje que tiene que pasar por varias rancherías, se va deteniendo y hace mucho tiempo, pero es un viaje normal, cotidiano. Ir dos o tres veces diarias a Torreón no le pesa a la gente. Está muy preocupada por la educación y la preparación. Hay de todas las profesiones: abogados, ingenieros, licenciados, doctores, dentistas.  Hay gente que está trabajando fuera, en otros países, gente que trabaja en el ramo de la construcción, en el de la medicina, de la producción metalmecánica. Hay gente ¡que no te imaginas! trabajando en Brasil, en España, en Nueva York, en la Florida, en islas que ni recuerdo, ¿cómo llegaron ahí? ahora sí que es otra historia, pero hay gente muy, muy preparada.

Juan Manuel Rodríguez Mendoza, entrevista realizada por Laura Orellana el 30 de noviembre y 2 de diciembre de 2020

Por esta razón los habitantes del ejido tienen pocas tierras “porque el resto ya fueron vendidas a los pequeños propietarios y otras se rentan”. Lo mismo pasa con sus derechos de agua. En éstas se siembra maíz, sorgo, y en algunas huertas, melón y sandía. 

Otro aspecto que la distingue, según Rodríguez, es que es uno de los ejidos con mejor trazo urbano: “…hay calles donde tú te paras en una esquina y no ves morir la calle al fondo, y en el resto de los ejidos no, no hay cuadras”. De esta manera, afirma, “el ejido se ve muy grande o es muy grande porque está en un vértice trino: al sur hay dos asentamientos, se les llama sector 6 y sector 7, pero pertenecen al ejido Santa Fe, y sólo los divide la carretera de La Partida. Eso hace parecer que la mancha urbana es muy grande […] esas tres comunidades están unidas por iglesias, por el kinder, por la escuela”.  5Juan Manuel Rodríguez Mendoza, entrevista realizada por Laura Orellana el 30 de noviembre y 2 de diciembre de 2020

Vista aérea de La Partida. “Es uno de los ejidos con mejor trazo urbano”.
Imagen de la página de FB La Partida Unida
P. Daniel García de Alba, SJ
Imagen de la página de Facebook La Partida Unida

Por último, otro elemento, no el menos importante, es que La Partida cuenta con todos los servicios básicos. Esto fue posible, en gran medida “a la coordinación y trabajo de un sacerdote jesuita que estuvo ahí en el ejido”, dice Juan Manuel. El P. Daniel García de Alba, que también atendía las iglesias de los ejidos La Paz, Santa Fe y Rancho de Afuera, contribuyó a realizar las gestiones con algunos habitantes de La Partida para que hubiera líneas telefónicas, drenaje y empezaran a pavimentar el rancho. Esto al parecer no ha cambiado: según datos del IMPLAN de 2017, prácticamente todas las viviendas tienen electricidad, agua y drenaje. Casi todos cuentan con televisión, la mitad con automóvil y casi la tercera parte tienen computadora. Cerca de la mitad de su población se encontraba económicamente activa hace tres años (seguramente estos datos han cambiado a raíz del impacto del COVID-19), con un poco más del 10% de su población desocupada. Las personas se dedican al comercio en menudeo, a la preparación de alimentos y bebidas, a la industria manufacturera, a la salud y a otros servicios. 6IMPLAN Torreón, Ejido La Partida

La Partida alberga una gran riqueza cultural. Algunas de sus tradiciones probablemente procedan desde los tiempos en que era hacienda (por ejemplo, la pastorela, la reliquia, la celebración a San Isidro), otras las generó al adquirir la categoría de ejido (los festejos de aniversario por el reparto agrario) y unas más se han instaurado hace poco tiempo (el Dulcetón, hace 10 años), pero son las relaciones comunitarias las que han permitido su conservación. Todas las fiestas parecen despertar el entusiasmo de sus habitantes.

¿Por qué estudiar las fiestas?

A partir de los años setenta comenzaron a romperse los prejuicios del ámbito académico para observar las fiestas, ya que se pensaba que los investigadores de las Ciencias Sociales debían atender solamente los problemas del país. 7Sofía Lara Largo. “Usos y debates del concepto de fiesta popular en Colombia”. Antípoda 21, enero-abril 2015, p. 152

Desde entonces se ha planteado que las fiestas, como veremos en este caso, son espacios privilegiados que tienen las comunidades para expresar múltiples dinámicas:

Es mucho más que el pretexto de la congregación; es más que la reunión espontánea de individuos alrededor del licor y el jolgorio. Es un evento en el que se manifiestan de manera excepcional los diferentes modos de la práctica colectiva. En ella se hacen aprehensibles las lógicas del poder, tanto en la transgresión y la disputa como en la cohesión y la reafirmación identitaria.

Sofía Lara Largo. “Usos y debates del concepto de fiesta popular en Colombia”. Antípoda 21, enero-abril 2015, p. 149

La fiesta se contrapone al orden cotidiano, 8No expondremos aquí las conceptualizaciones teóricas sobre la fiesta, pero sí señalaremos algunas de las formas en que se ha interpretado a través del texto de Manuel Delgado, “Tiempo e identidad. La representación festiva de la comunidad y sus ritmos”, Zainak. Cuadernos de Antropología-Etnografía 26, 2004, pp. 77-98, cuya lectura recomiendo. representa un refugio en el que el ser humano dramatiza el sentido último de su existencia como ser social, las condiciones que la hacen posible, pero que contradictoriamente, también la niegan. La fiesta es un paréntesis que corta el flujo aparentemente continuo de la vida cotidiana y es el lugar en que se exponen modelos de y para la vida.

La fiesta es un tiempo atemporal, que se queda en suspenso, un espacio sagrado. Sin la fiesta, se extirpa el sentido de la existencia. Aunque las festividades pueden reforzar la identidad y los límites de la comunidad, también constituyen el espacio en que éstos se transgreden y abren posibilidades para que sus miembros sean diferentes y puedan mostrar una identidad distinta. Para algunos autores, dice Manuel Delgado, la fiesta tiene una doble función que resulta paradójica: es un dispositivo homeostático, de control, al tiempo que de subversión del orden. 9Manuel Delgado, “Tiempo e identidad. La representación festiva de la comunidad y sus ritmos”, Zainak. Cuadernos de Antropología-Etnografía 26, 2004, p. 87 La fiesta se asocia también a la noción de comunidad, de comunión, de un retorno a un tiempo originario en que no hay rangos y los escalafones desaparecen para dar paso a una igualdad que en la vida cotidiana aparece opaca. Las fiestas son los recursos culturales con los que cuenta un grupo humano para “proclamar y exhibir su existencia ante sí mismo y ante el mundo”. 10Manuel Delgado, “Tiempo e identidad. La representación festiva de la comunidad y sus ritmos”, Zainak. Cuadernos de Antropología-Etnografía 26, 2004, p. 83 Las celebraciones sirven para establecer un “nosotros”, que pregona mantener una organicidad y adhesión a valores comunes.

La fiesta también abre la posibilidad de que se presente una violencia controlada, formas de rebelión o de inversión simbólica, alteración del orden o exhibición de conductas impropias, proscritas, que están prohibidas en situaciones no festivas. 11Manuel Delgado, “Tiempo e identidad. La representación festiva de la comunidad y sus ritmos”, Zainak. Cuadernos de Antropología-Etnografía 26, 2004, p. 85 Para Delgado, la fiesta es un juego de paradojas: todo se permite, pero todo está bajo control, manifestaciones que los teóricos interpretan de modos diversos: para que la comunidad se asegure de mostrar lo que pasaría si se rompieran las reglas en la vida cotidiana, pero donde también se permite la “condición sagrada de la transgresión”. 12Manuel Delgado, “Tiempo e identidad. La representación festiva de la comunidad y sus ritmos”, Zainak. Cuadernos de Antropología-Etnografía 26, 2004, p. 89

La fiesta es gasto, es derroche, justo lo contrario de lo que pregona el Capitalismo: ahorro y previsión. El único beneficio es “la adquisición de prestigio y la generación de símbolos sociabilizadores”. 13Manuel Delgado, “Tiempo e identidad. La representación festiva de la comunidad y sus ritmos”, Zainak. Cuadernos de Antropología-Etnografía 26, 2004, p. 90 La fiesta permite que la comunicación llegue a su apoteosis. 14Manuel Delgado, “Tiempo e identidad. La representación festiva de la comunidad y sus ritmos”, Zainak. Cuadernos de Antropología-Etnografía 26, 2004, p. 96

Será necesario tener estas ideas en mente al abordar las fiestas mayores 15Hemos llamado “mayores” a las fiestas a las que Juan Manuel Rodríguez considera más importantes, en parte, quizá, porque tienen mayor duración y convocan a todos los miembros de la comunidad y menores 16Hemos llamado menores así a las fiestas anuales, algunas religiosas, otras no, que parecen tener públicos más específicos de la comunidad de La Partida.

Las fiestas mayores

Las fiestas principales de La Partida, según Juan Manuel Rodríguez, son el aniversario del reparto agrario y el festejo a San Isidro. Una cívica, otra religiosa, pero ambas fiestas están ligadas a la tierra, aunque ya son pocos quienes viven de ella. Lo interesante no es que sólo sigan vivas, sino que incorporen elementos nuevos, contemporáneos.

El aniversario del reparto agrario (7 y 8 de noviembre)

El festejo más importante en La Partida es el aniversario del reparto agrario. Es el evento fundacional para sus habitantes. Se conmemora el día en que dejó de ser hacienda para convertirse en un núcleo ejidal. En 1936, un grupo de 177 campesinos recibieron 724 hectáreas de tierra como dotación, para trabajarla. 17En un decreto presidencial relativamente reciente, se hizo referencia a las dotaciones de tierra que recibieron originalmente los ejidatarios de La Partida: “Resolución Presidencial de fecha 24 de octubre de 1936, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 25 de noviembre de 1936, se concedió por concepto de dotación de tierras al poblado denominado “LA PARTIDA”, Municipio de Torreón, Estado de Coahuila, una superficie de 724-00-00 Has., para beneficiar a 177 capacitados en materia agraria, más la parcela escolar, ejecutándose dicha resolución en sus términos; y por Resolución Presidencial de fecha 11 de noviembre de 1936, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 28 de agosto de 1940, se concedió por concepto de ampliación de ejido al poblado denominado “LA PARTIDA”, Municipio de Torreón, Estado de Coahuila, una superficie de 113-00-00 Has., para beneficiar a 28 capacitados en materia agraria, ejecutándose dicha resolución en sus términos”. Diario Oficial de la Federación, 12 de octubre de 1995

El reparto agrario en esta región no fue un acontecimiento local, sino que trascendió las fronteras de la Comarca Lagunera. La historiadora María Vargas-Lobsinger afirma que “La Laguna fue la primera, la más extensa y la más importante económicamente entre media docena de regiones ricas en las que entonces se aplicó la nueva reforma agraria”. 18María Vargas. “La expropiación de las haciendas algodoneras”, en La Comarca Lagunera. De la Revolución a la expropiación de las haciendas 1910-1940. UNAM, 1999, p. 172 El reparto de tierras a los campesinos, en la modalidad de ejido, realizada por el presidente Lázaro Cárdenas en 1936, fue precedida por intensos conflictos y huelgas en el campo. Sin embargo, un año antes no se preveía este tipo de solución. Por ello, el acuerdo presidencial del 6 de octubre de ese año debe haberse experimentado en el campo como una fiesta. Cárdenas expropió tierras incluso de generales que habían participado en la revolución. Vargas-Lobsginger recupera un fragmento del diario de Lázaro Cárdenas, justo de ese día:

Hoy dicté acuerdo al Departamento Agrario para que principie la dotación de ejidos a los núcleos de población de la Comarca Lagunera, concentrando en aquella región todo el personal de ingenieros que sea necesario para que se violente la entrega de la tierra. El problema ejidal de La laguna es el más serio que resuelve hoy el régimen de la Revolución. La fuerte organización de los capitalistas propietarios y su oposición constante a que sus propiedades se reduzcan el límite señalado por el Código Agrario ha venido provocando agitaciones, queriendo por medio de la prensa y por distintos medios estorbar la acción agraria del Gobierno, pero firmes en nuestro propósito de atacar ya este problema, hemos tomado todas las medidas indispensables para que el nuevo sistema de propiedad de La Laguna no fracase y al efecto se ha anticipado la organización financiera para que el Banco Nacional de Crédito Ejidal tenga los fondos necesarios para atender todas las operaciones [ de crédito] de las Sociedades de Crédito Ejidales que se formarán en La Laguna, operaciones que pasarán de treinta millones de pesos durante los ejercicios agrícolas de 1936 y 1937.

María Vargas. “La expropiación de las haciendas algodoneras”, en La Comarca Lagunera. De la Revolución a la expropiación de las haciendas 1910-1940. UNAM, 1999, pp. 173-174))

Ya no le tocaría a Cárdenas la entrega de los títulos agrarios a las comunidades ejidales, que ocurrió hasta 1943-1944. Al parecer, fue en esos años en que comenzaron a realizarse festejos de aniversario del reparto. Se hacían el día en que los ejidatarios habían recibido la dotación de tierras, con un desfile por las calles del rancho y una comida; a veces se realizaba algún baile en el que se procuraba que no hubiera bebidas alcohólicas.

Este festejo continúa hasta la fecha durante el 7 y el 8 de noviembre, aunque la fiesta principal es el segundo día: “Es una fiesta grandísima, todo mundo participa. Las autoridades ejidales organizan el desfile en comunicación con la escuela y con la iglesia, porque también participa la iglesia”.

Princesas y reinas del 81° aniversario del reparto agrario Imagen de la página de FB La Partida Unida

El 7 de noviembre, dice Juan Manuel Rodríguez, se reserva para los habitantes de La Partida. Hay algunos eventos como la presentación de un grupo folclórico de Juchipila, Zacatecas, que viene en un camión pagado por el propio ejido. Es “…un cuadro muy, muy colorido de bailes folclóricos y de canto” que trae un joven director de escuela originario de La Partida. Otro elemento importante es la coronación de la reina. Desde un mes antes, se nombra a las candidatas quienes trabajan durante todo ese tiempo buscando la mayoría de voto y el último fin de semana antes del 7 de noviembre, se dice quién ganó. “El ejido tiene que apoyar en las ventas que hagan, comprando votos”. De las ganancias, dice Rodríguez, se queda un porcentaje para las autoridades ejidales con el objeto de hacer mejoras. Esa noche se efectúa un baile en el que participa la comunidad y la coronación la realiza algún personaje importante, ya sea de la política, de la iglesia, del deporte o alguno de los ejidatarios mayores. En el grupo de Facebook se hacen continuas advertencias para que se vigile el consumo de alcohol y la convivencia se haga en paz

Baile el 8 de noviembre de 2015
Imagen de la página de FB La Partida Unida

El 8 de noviembre, la fecha principal, los festejos comienzan con un tamborazo, “…es como el grito de guerra, es la llamada a la fiesta”, evoca Juan Manuel. 19Juan Manuel Rodríguez Mendoza, entrevista realizada por Laura Orellana el 30 de noviembre y 2 de diciembre de 2020 Hay gente que no duerme en toda la noche esperando este llamado. Las primeras piezas musicales, dice, son el Himno Agrarista y Las Mañanitas. Los festejos son “para todos los que quieran ir”. Se organiza un desfile en la mañana en el que participan las autoridades, la reina recién electa y especialmente niños, niñas y jóvenes de todos los niveles educativos, desde la guardería hasta preparatoria. Unos del ejido, otros de las cercanías: “…se invitaba a una secundaria que está como a 4 kilómetros del ejido Corona, que pertenece a Matamoros, y a una escuela preparatoria que está a un kilómetro de La Partida, que sí pertenece a este rancho”. 20Juan Manuel Rodríguez Mendoza, entrevista realizada por Laura Orellana el 30 de noviembre y 2 de diciembre de 2020 Todos llevan su uniforme nuevo, de gala o el deportivo “… van haciendo gimnasia, tablas gimnásticas, algún bailable.  El desfile empieza en la escuela y recorre las calles más anchas del ejido […] se van hasta el fondo y terminan en la explanada”. 21Juan Manuel Rodríguez Mendoza, entrevista realizada por Laura Orellana el 30 de noviembre y 2 de diciembre de 2020 Así, esta fiesta es esperada desde los miembros más pequeños de La Partida. Y no sólo por ellos. Juan Manuel, que ya no vive en el rancho, cuenta que desde pequeño llevaba a su hijo a este festejo y el niño le decía: “¿Oye, ¿yo no voy a desfilar? y le decía: No, hijo, porque tú estás en otra escuela, tú no vas a desfilar aquí, pero sí vas a disfrutar de la fiesta”. Y añade: “Yo cada día 8 llevo a mi familia al rancho”. El desfile termina con una cabalgata, que aporta un lucimiento a su fin.  Ese día también se realiza una comida para los ejidatarios.

Es una fiesta muy participativa, que genera cohesión entre quienes habitan el rancho. La celebración termina el día 9 de noviembre, ya en la madrugada.

La fiesta de San Isidro Labrador (15 de mayo)

La otra gran festividad es religiosa. Se realiza el día de San Isidro Labrador, “un santo español al que se le atribuyen milagros de producción agrícola”. Es un festejo que abarca tres días: comienza el 14 y termina el 16 de mayo. La tradición consiste, dice Juan Manuel Rodríguez, en lo siguiente:

 …cada persona, principalmente los agricultores, tienen un San Isidro en su casa. Entonces, la danza de pluma va danzando por el ejido y llega a tu casa y recoge tu santo y así va, va recogiendo los San Isidros de todo el ejido y los lleva a su enramada para bailarles. Eso es el día 14, cuando los recogen. El día 15 es la fiesta grande, donde les bailan durante todo el día, desde la mañana, desde que amanece, desde que empieza a salir el sol hasta en la madrugada […] la danza va a las pequeñas propiedades que están alrededor y como anda ahí, por el fondo, pues se va al ejido Corona que pertenece a Matamoros; va y danza y ya regresa al medio día. Cuando llega al ejido, a la una o dos de la tarde, entra bailando, y a esa hora ya está casi toda la gente, el 70% de la población es poco, la gente se sube a los árboles, no cabe un alfiler en la carretera, si hay un vehículo que quería pasar, pues ya no pudo. La danza llega y empieza a pelear a la Malinche, es un espectáculo, es danza combinada con lucha libre, es cultura, es historia.

Juan Manuel Rodríguez Mendoza, entrevista realizada por Laura Orellana el 30 de noviembre y 2 de diciembre de 2020

Le pregunto si matan a la Malinche, pero me dice que cada año es distinto, pues depende de la habilidad de los danzantes, del monarca y del Cortés. También del brujo o viejo de la danza, quien de manera chusca se encarga de mantener el orden con un látigo pero, por otro lado, es la única persona que tiene el poder autorizado o no autorizado de ponerse en la pelea de la Malinche: “nadie más lo puede hacer, sólo él. Quien sí sabe hacer realmente el papel del viejo de la danza, sí puede meterse”, subraya Rodríguez.

Señala que por lo general hay dos o tres danzas en el rancho, pero ese día llegan más de fuera. Todas de pluma, es la tradicional. Esta danza recientemente fue investigada por Marcela Estens en su tesis doctoral que presentó en la Ibero Torreón, en la que revela hallazgos muy interesantes, por lo que esperamos la publicación de sus resultados para conocer sus interpretaciones.

Danza de pluma, festejos de San Isidro, 15 de mayo de 2017
Imagen de la página de FB La Partida Unida

Todo ese día es de danzar, cuenta Rodríguez, todo el día, diferentes sones, diferentes melodías. Pero antes de eso van a la iglesia del ejido a hacer una reverencia y luego ya se van a sus enramadas que están colocadas alrededor de la plaza. Ese día hay venta de comida, de artículos, de souvenirs y todo termina en la madrugada.

Danzantes y brujos. Festejo de San Isidro, 15 de mayo de 2017
Imagen de la página de FB La Partida Unida

Al día siguiente, 16 de mayo, comienzan a bailar como a las tres de la tarde y cada imagen de San Isidro que se recogió, se regresa. Se acostumbra que quienes cargan a los San Isidros son niños, y el mismo que recogió uno específico, lo tiene que llevar, y así cada año. Se hace como un compromiso con la familia hasta que el niño llega a la adolescencia. Cuando terminan de entregar los San Isidros, las familias les ofrecen agua, refrescos, comida, y después regresan a la enramada a bailar. Los tamaños de las imágenes de San Isidro varían: algunos son de unos 30 x 20 centímetros, otros miden hasta 40. Se encuentran enmarcados y se colocan sobre una silla adornada con flores de papel crepé, de colores amarillo, verde y morado. Sin embargo, cada grupo de danza lleva una imagen de San Isidro enorme al frente. La cargan entre dos personas, y por donde va la danza, dice Juan Manuel, siempre va el San Isidro delante de ellos.

Cuadro de San José al frente de la danza de pluma, 16 de mayo de 2017
Imagen de la página de FB, La Partida Unida

Auque es una fiesta religiosa, se incorporan elementos chuscos. Desde hace varios años, dice el comunicólogo, se acostumbra que cuando los danzantes terminan, prestan su palma a los paseantes. Y es algo muy gracioso, dice, porque es gente que no sabe bailar, se equivoca, se golpea, pelea a la Malinche. Y otra situación picaresca, pero sumamente interesante, es la siguiente:

…los hombres ya no se disfrazan de viejos, ni de monstruos, ni de brujos, se disfrazan de mujeres, y es parte de lo gracioso, de ver cómo tu hermano se parece a tu hermana. Pero le echan ganas, como no tiene una idea, [se ponen] zapatillas, medias, minifalda, blusa de lentejuela, peluca, maquillaje, lentes, bolso, van con todo… Todos lo hacen, desde los niños hasta personas ya grandes, con familia, que dicen, ‘no, yo ya no’, y ese año lo ves con minifalda morada y zapatillas de tacón de aguja. Yo hasta veo a la gente en una especie de trance, algo enajenados, las personas ya no son las mismas personas (se ríe). Se ha salido tanto de control que ha llegado el comandante de la policía municipal y dice: ‘a ver, quiero aquí a todos los viejos de la danza’. Los reúne y les dice: ‘son muchos, sólo quiero a diez’. Y les da una clave. Entonces, cuando llegan las patrullas, si ven a un viejo de la danza lo paran y le dicen: ‘dame tu clave’, y si no trae clave, se lo llevan. ¿Por qué? Porque si son muchos, se pierde el control, hay pleitos, hay abusos, hablo de que no pueden andar cien, porque como andas disfrazado, andas cubierto de la cara y ya con algo de alcohol… la misma comunidad lo solicitó, ‘hay mucho descontrol, ya no podemos llevar niños…’, y la policía ha tenido que entrar, y esa fue una medida, seleccionar a los viejos de la danza, darles una clave y controlarlos mediante eso.

Juan Manuel Rodríguez Mendoza, entrevista realizada por Laura Orellana el 30 de noviembre y 2 de diciembre de 2020
Hombres disfrazados de brujos, monstruos y mujeres. Festejos de San Isidro, 16 de mayo de 2015
Imagen de la página de FB La Partida Unida

Pero no es una novedad. un Edicto Arzobispal de 1778 (un ordenador de festejos populares) prohibía, bajo la pena de excomunión mayor, “que se vistan los hombres de mujeres y las mujeres de hombres”. 22Demetrio E. Brisset Martín. “Los organizadores de fiestas. Análisis de las fiestas de Granada (3)”. Gazeta de Antropología, 3, artículo 03, p. 5 Aunque los motivos de esta práctica seguramente son distintos, ha permanecido en el tiempo.

Es inevitable pensar en estos actos de celebración como transgresores y generadores de otras identidades, como espacios de diversión en donde el Estado confluye con la iglesia y la comunidad. El poder público ¡contribuye a que la fiesta continúe con las transgresiones adecuadas! que hagan posible la participación de todos los habitantes.

Juan Manuel parece suscribir la frase inicial de Barthes, porque dice que cuando se encuentra a alguien que no veía en años, las pláticas son sobre las fiestas “¿te acuerdas de que un día 8 [de noviembre] esto y esto?”, “Ah, sí, me acuerdo cuando vino…”, “Sí, esa vez”. Y luego, “Oye, ¿te acuerdas el día 15, aquel que nos tocó cargar al San Isidro y que nos enfermamos del estómago por comer aquí y allá, allá y aquí?”. Esas son las pláticas, advierte, de cuando ves a gente que se salió del rancho o que por alguna razón dejas de ver por mucho tiempo.

¿Cómo no pensar que estas fiestas generan cohesión, pues se participa en ellas incluso sin estar físicamente en el lugar? Cuenta Juan Manuel Rodríguez que antes de que hubiera internet “la gente que estaba afuera no trabajaba esos días. Hacían su fiesta pequeñita, estuvieran donde estuvieran. Aunque no vinieran aquí, ellos se juntaban. De hecho, hay videos de danzas que improvisaban en Estados Unidos, con un bote y un palo, y hay fotos de eso, para el día 8 [de noviembre] se juntaban y hacían una comida, con bebidas y todo, celebrando la festividad a la que por cualquier causa no pudieron asistir”.

Referencias   [ + ]

1. Manuel Delgado, “Tiempo e identidad. La representación festiva de la comunidad y sus ritmos”, Zainak. Cuadernos de Antropología-Etnografía 26, 2004, p. 78
2, 5, 19, 20, 21. Juan Manuel Rodríguez Mendoza, entrevista realizada por Laura Orellana el 30 de noviembre y 2 de diciembre de 2020
3. Esta percepción la comparte Juan Manuel Rodríguez con vecinos de este ejido
4, 6. IMPLAN Torreón, Ejido La Partida
7. Sofía Lara Largo. “Usos y debates del concepto de fiesta popular en Colombia”. Antípoda 21, enero-abril 2015, p. 152
8. No expondremos aquí las conceptualizaciones teóricas sobre la fiesta, pero sí señalaremos algunas de las formas en que se ha interpretado a través del texto de Manuel Delgado, “Tiempo e identidad. La representación festiva de la comunidad y sus ritmos”, Zainak. Cuadernos de Antropología-Etnografía 26, 2004, pp. 77-98, cuya lectura recomiendo.
9. Manuel Delgado, “Tiempo e identidad. La representación festiva de la comunidad y sus ritmos”, Zainak. Cuadernos de Antropología-Etnografía 26, 2004, p. 87
10. Manuel Delgado, “Tiempo e identidad. La representación festiva de la comunidad y sus ritmos”, Zainak. Cuadernos de Antropología-Etnografía 26, 2004, p. 83
11. Manuel Delgado, “Tiempo e identidad. La representación festiva de la comunidad y sus ritmos”, Zainak. Cuadernos de Antropología-Etnografía 26, 2004, p. 85
12. Manuel Delgado, “Tiempo e identidad. La representación festiva de la comunidad y sus ritmos”, Zainak. Cuadernos de Antropología-Etnografía 26, 2004, p. 89
13. Manuel Delgado, “Tiempo e identidad. La representación festiva de la comunidad y sus ritmos”, Zainak. Cuadernos de Antropología-Etnografía 26, 2004, p. 90
14. Manuel Delgado, “Tiempo e identidad. La representación festiva de la comunidad y sus ritmos”, Zainak. Cuadernos de Antropología-Etnografía 26, 2004, p. 96
15. Hemos llamado “mayores” a las fiestas a las que Juan Manuel Rodríguez considera más importantes, en parte, quizá, porque tienen mayor duración y convocan a todos los miembros de la comunidad
16. Hemos llamado menores así a las fiestas anuales, algunas religiosas, otras no, que parecen tener públicos más específicos de la comunidad
17. En un decreto presidencial relativamente reciente, se hizo referencia a las dotaciones de tierra que recibieron originalmente los ejidatarios de La Partida: “Resolución Presidencial de fecha 24 de octubre de 1936, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 25 de noviembre de 1936, se concedió por concepto de dotación de tierras al poblado denominado “LA PARTIDA”, Municipio de Torreón, Estado de Coahuila, una superficie de 724-00-00 Has., para beneficiar a 177 capacitados en materia agraria, más la parcela escolar, ejecutándose dicha resolución en sus términos; y por Resolución Presidencial de fecha 11 de noviembre de 1936, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 28 de agosto de 1940, se concedió por concepto de ampliación de ejido al poblado denominado “LA PARTIDA”, Municipio de Torreón, Estado de Coahuila, una superficie de 113-00-00 Has., para beneficiar a 28 capacitados en materia agraria, ejecutándose dicha resolución en sus términos”. Diario Oficial de la Federación, 12 de octubre de 1995
18. María Vargas. “La expropiación de las haciendas algodoneras”, en La Comarca Lagunera. De la Revolución a la expropiación de las haciendas 1910-1940. UNAM, 1999, p. 172
22. Demetrio E. Brisset Martín. “Los organizadores de fiestas. Análisis de las fiestas de Granada (3)”. Gazeta de Antropología, 3, artículo 03, p. 5
Laura Orellana Trinidad
Sobre el autor

Licenciada en Sociología, maestra en Historia y doctora en Historia por la Ibero Ciudad de México. Es directora de Investigación Institucional de la Ibero Torreón y coordinadora del Archivo Histórico Juan Agustín de Espinoza, SJ. de la misma universidad.

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